Todo cuanto vive está diseñado para morir. Estamos atrapados a perpetuidad en una espiral infinita de vida y muerte. ¿Será una maldición, o algún tipo de castigo? Pienso a menudo en el dios que nos «bendijo» con este críptico acertijo y me pregunto si tendremos algún día ocasión de matarlo
2B — NieR:Automata
Cuando introduje por primera vez el disco de NieR:Automata en la videoconsola y éste me dio la bienvenida con la frase que encabeza este artículo me arrellané en el sofá, porque supe que lo que venía no iba a ser un simple videojuego de acción. No esperaba menos teniendo al genio de Yoko Taro detrás. NieR:Automata es la siguiente entrega de una saga que se remonta muchos años atrás, pero esta vez venía de la mano de Platinum Games, unos genios de la jugabilidad en uno de mis géneros favoritos que es el hack & slash, o machacabotones. El videojuego es una mezcla de estilos magistral, un hack & slash excelso que descansa sobre unas mecánicas y narrativa de JRPG — juego de rol — y que se atreve a incluir fases de bullet hell o infierno de balas, los típicos juegos de naves que todos recordamos de las recreativas de los 90. Además, nos obliga a manejar al personaje con una mano y a una vaina voladora que dispara con la otra, haciendo que debamos disociar totalmente ambas manos para disparar y asestar espadazos al mismo tiempo, algo que, al principio, se antoja casi imposible, pero que acabamos interiorizando y gozando cuando estamos inmersos en el juego.
Atención. Esta publicación contiene destripes importantes de la trama del videojuego NieR:Automata. Si no lo has jugado y quieres hacerlo, te recomiendo encarecidamente no seguir leyendo.
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